miércoles, 21 de diciembre de 2011

REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA


Estamos ante una situación que empieza a ser preocupante y que posiblemente requiera de una reforma profunda que evite los problemas que nos generan las dificultades que el sistema pone a la participación de la ciudadanía. La actual situación fue válida hasta el momento pero ahora parece que necesitamos una regeneración.

Los españoles nos acercamos a las urnas periódicamente para elegir a nuestros representantes y, aunque votamos listas numerosas, se da la paradoja que no elegimos personas, que elegimos siglas. Nuestra posibilidad de influir es prácticamente nula. Acudimos a votar normalmente con un profundo desconocimiento sobre la capacidad de aquellos que se presentan y con una información deficiente de sus programas de gobierno. Programas que normalmente terminan siendo simples promesas electorales incumplidas.

Esta situación hace que los españoles hayamos evolucionado poco desde los inicios de la democracia. Aquellos electores que lejos de posicionamientos previos, votan por aquellas opciones que consideran que son las que mejor pueden solucionar los problemas existentes, siguen siendo una minoría. Por otra parte, como ya he dicho, se trata además de una minoría mal informada y a la que los elegibles no les facilitan las cosas.

Cierto es que, cada vez más, las organizaciones políticas utilizan las nuevas tecnologías para informar, aunque la palabra correcta sería aleccionar, ya que todas sus actuaciones son dirigidas a sus correligionarios. Desde los mítines hasta los mensajes en las redes sociales.

Parece que la única manera de participar es integrarse en una de las organizaciones políticas, pero esto es otro grave error. Aquel que se afilie, iniciará un angosto camino para intentar participar; seguro que durante los procesos electorales contarán con él para que acuda como palmero a los mítines y recorra las calles colocando carteles, para finalmente acudir a las mesas electorales en calidad de interventor o de apoderado. Pasadas esas fechas, nada. Probablemente se encontrará que el amable y simpático candidato o candidata ahora ni siquiera se acordará de él. En caso de saludarle, el saludo se realizará de una forma mecánica y distante. Aquellos que por sus relaciones consigan entrar en alguna lista se encontrarán que no tienen más voz que la de su partido, ni más voto que el que su líder le indica. Todo su servicio social y su aportación a la circunscripción que lo ha elegido se reducirá a hacer lo que le manden.

Cierto es que los partidos tienen sistemas internos, en donde, según trasciende, se generan sus ideas y se eligen a sus candidatos y dirigentes, los llamados congresos. Pero aquí tampoco funciona la democracia. De conseguir ser compromisario para poder acudir a uno de esos congresos, él mismo se auto limita en sus aportaciones y comentarios, ya que debe ser políticamente correcto y complaciente con sus actuales “lideres”, si no quiere que su “carrera política” termine antes de empezar cayendo en el ostracismo.

Además todo está aderezado por los medios de comunicación, los cuales toman parte y, en lo que ha política se refiere, más que informar opinan, distorsionando en muchos casos las noticias e incluso generando polémicas en donde no las hay, pero sobre todo creando artificialmente corrientes de opinión.

Esto resulta terriblemente peligroso, sobre todo si pensamos que una vez que el político es elegido se aleja de la realidad, aislándose en actos y compañías que lo adulan y lo dirigen hacia sus propios intereses. Informándose de los problemas sociales en una prensa parcial y que opina,  dejándose influir por tertulianos poco documentados que saben de todo y se alinean no se sabe bajo que intereses.

Todo esto hace que aquel que tiene interés en participar y mejorar la sociedad en que vive, aquel que tiene vocación de servicio, deba iniciar su relación con la política desde muy pronto para generar las relaciones que le permitan llegar a aquellos puestos en los que pueda influir, privándose de la oportunidad de formase y ganar en la experiencia que le ayudaría a ser un buen dirigente. Esa relación, con el ambiente antes descrito, y sus propias ganas de llegar, harán que sus principios se corrompan y colabore en la perpetuación del sistema.

En definitiva lo que tenemos es un sistema democrático que consiste en acercarnos a las urnas periódicamente, votando no sabemos muy bien a quién ni para qué, para finalmente tener dirigentes dudosamente capaces y normalmente poco preparados. Dirigentes que conforman sus equipos en lo poco que conocen y que solo buscan perpetuar su situación porque de lo contrario difícilmente podrán dedicarse a otra cosa distinta que a ser funcionarios, que son los que realmente pueden compaginar su profesión con una carrera política.

Por todo ello necesitamos una profunda reforma, una amplia regeneración de nuestra democracia. Necesitamos un sistema mucho más participativo, en dónde conozcamos a los candidatos y sus propuestas, en dónde los elegidos puedan opinar y tengan responsabilidades sobre su gestión y en un sistema en el que las cámaras estén formadas por un número de personas representativo de los votos obtenidos y no que los votos de unos valgan más que los de los otros. Pero sobre todo debemos crear un sistema en donde la voz de todos pueda oírse. Permitiendo además que en cualquier momento, de una forma sencilla, se puedan debatir y valorar las propuestas de la sociedad civil.


domingo, 11 de diciembre de 2011

¿OTRA PROMESA INCUMPLIDA?


Actualmente se está trabajando en el borrador de lo que será el nuevo proyecto de ley  de Montes de Galicia. En él se propone prohibir, con carácter general, la circulación de vehículos a motor tanto por el monte como por pistas forestales fuera de la red oficial de carreteras. A esta prohibición habrá excepciones como cuando se trate de caminos que dan acceso a fincas o casas y también estará permitida la circulación de vehículos de extinción, de gestión forestal o de personas que cuenten con permiso de caza o pesca.

Este planteamiento es totalmente sorprendente sobre todo después de la carta remitida por el Partido Popular de Galicia, en plena campaña para las elecciones autonómicas, a la Asociación de Usuarios de Todo Terreno. Carta en la que se afirmaba que en la redacción de la regulación que ellos proponían se permitiría la circulación de vehículos todo terreno, con fines turísticos, por caminos forestales.

En plena campaña electoral D. José Manuel Álvarez Campana, secretario de organización del Partido Popular y persona que, desde su responsabilidad de Presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Partido Popular de Galicia, era perfectamente conocedor de la situación forestal de Galicia y de los planes que su partido, el actual partido de gobierno, tenía para el Monte Gallego. Reconoce y resalta las bonanzas de las rutas turísticas en Todo Terreno. El Sr. Álvarez Campana asevera que las rutas todo terreno es una actividad turística, de promoción y conservación de la naturaleza, de gran interés. Además asegura que la posibilidad de realizar rutas turísticas por caminos, disfrutando tranquilamente de paisajes y lugares, parando en los establecimientos turísticos, es una actividad que resulta perfectamente compatible con el modelo de desarrollo sostenible en el que ellos estaban trabajando.

Según el Secretario de Organización del Partido Popular, Sr. Álvarez Campana, esta actividad debe realizarse con libertad y responsabilidad, y no puede ser considerada como una actividad sospechosa de ser depredadora ni agresiva para la naturaleza y para los bienes públicos y privados, por que cuando, equivocadamente, se considera de esta forma se incorporan restricciones y limitaciones que perjudican el general y libre uso de los espacios públicos, precisamente lo que sucedería en el supuesto de aprobarse el actual borrador de la nueva ley de Montes de Galicia.

El Partido Popular prometía que realizarían todas las acciones necesarias, tanto normativas como administrativas, para evitar que existiesen limitaciones genéricas o específicas que pudiesen ocasionar trabas al normal disfrute de esta actividad. Esa libertad de uso debe estar incardinada en el uso social del monte y de los recursos naturales. Prometiendo, el Partido Popular de Galicia, todo su apoyo para que la actividad tuviese el reconocimiento institucional enunciando las líneas de actuación que, según el propio Sr. Álvarez Campana, se deberían seguir:

Primero: en las relaciones con los concellos, para que en los concellos en los que existan rutas todo terreno se desarrollen actividades de promoción y desarrollo de las mismas.

Segundo: que las actividades de rutas todo terreno se incorporen como actividad y modalidad turística a promocionar desde la administración.

Tercero: considerándola dentro de las colaboraciones sociales con el medio ambiente, facilitando aún más que los participantes en estas actividades tengan la condición de colaboradores en la protección y defensa del medio ambiente, en funciones de información, corrección y mejoras.

Difícilmente se puede añadir, a las enunciadas por el Partido Popular,  nuevas justificaciones al mantenimiento y defensa de la circulación de vehículos a motor, con fines turísticos, por los caminos de la comunidad de Galicia, así como tampoco al diseño del marco que la regule. Aparentemente ésta no ha sido más que otra, bien elaborada, promesa electoral que solo sirve para defraudar a una buena parte de la población y avanzar, en aquello que tanto criticó el Partido Popular desde la oposición, en la restricción de los derechos de los ciudadanos. Pasar de un manifiesto como el suscrito por  D. José Manuel Álvarez Campana, en nombre del Partido Popular de Galicia, a un borrador de proyecto de ley como el que se anuncia parece totalmente incoherente, por lo que de ser esto cierto, muchas deberán ser las explicaciones que tendrá que dar el presidente de la Xunta por incumplir flagrantemente esta promesa electoral. El Partido Popular aún está a tiempo de rectificar, de hacer una buena ley para todos, que nos permita conservar y disfrutar de nuestro entorno, y no de prohibir y limitar las libertades.






miércoles, 7 de diciembre de 2011

ASISTENCIA SANITARIA UNIVERSAL


Cuando todo se tuerce, cuando la financiación se dificulta, es inevitable volverse hacia aquello que consume la mayor parte del presupuesto. El servicio nacional de Salud.

La asistencia sanitaria, con el sistema de previsión social, es uno de los grandes logros de la sociedad española y uno de los pilares de nuestro estado del bienestar. Esto hace que antes de plantearnos cualquier reducción de las prestaciones, debamos reflexionar profundamente y buscar alternativas.

Uno de los principios de nuestro sistema de salud es la universalidad. Esta no nace con el servicio si no que se va cimentando con el paso del tiempo. Debemos recordar que inicialmente las prestaciones eran solo para aquellos que cotizaban, poco a poco se fue ampliando la población cubierta con las distintas asimilaciones al alta. Actualmente el articulo primero de la Ley General de Sanidad dice “Son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y extranjeros que tengan establecida su residencia en territorio nacional”. No obstante, es bien sabido que el sistema no ha llegado nunca a utilizar literalmente este precepto continuando con las asimilaciones al alta y la situaciones de no cobertura.

En  estos momentos el sistema está en peligro y parece que las propuestas avanzan hacia el deterioro del servicio, la reducción de beneficiarios, y la inclusión del “copago”. Debemos recordar que la sanidad nunca ha sido gratuita, de una forma u otra ha sido pagada por sus usuarios o al menos por un gran parte de ellos.

En 1999, a raíz de los “Pactos de Toledo”, el sistema de previsión social y el sistema sanitario se separan pasando éste último a financiarse por los presupuestos generales del estado, vía recaudación de impuestos. Este nuevo formato de financiación, mucho más justo que el anterior en el que solo contribuían una parte de los usuarios,  hace que todos los residentes contribuyan al sostenimiento de los servicios de salud al ser los impuestos destinados a su financiación todos ellos indirectos.

Cuando hablamos de reducir los beneficiarios no es extraño escuchar opiniones que piden que en el servicio de salud solo se atiendan “sin coste” a los residentes, que son los que contribuyen. Pero dado el funcionamiento del sistema de recaudación, esto no es del todo así ya que al estar basado en impuestos indirectos, los llamados “sin papeles” también contribuyen a la financiación del sistema, aunque no lo hacen vía pago de impuestos directos, sí lo hacen con impuestos indirectos.

Llegados a este punto lo que nos queda por restringir es el acceso de aquellos ciudadanos de otros países que simplemente utilizan sus estancias en España para beneficiarse de nuestro sistema sanitario, el llamado “turismo sanitario”. Este en si mismo es un asunto complejo ya que la casuística es muy amplia. Tenemos las urgencias sanitarias, los extranjeros menores de 18 años, las extranjeras embarazadas, etc. Casos que si estudiamos individualmente darían para un amplio debate pero que lo que generan son abusos cuantificables como son aquellos europeos que tienen en España una mayor cobertura y una mejor atención sanitaria, para ellos sí gratuita, que en sus propios países o que la que los españoles recibiríamos en caso de necesitarla en una estancia en esos países, o la conocida utilización de los paritorios en ciudades fronterizas como el caso de Ceuta y Melilla. Todo ello sin hablar del efecto llamada sobre los familiares de los residentes extranjeros. Claro está que la revisión de acuerdos bilaterales y la prestación de los mismos servicios que reciben nuestros nacionales a los de otros países podría ser una vía de racionalización del gasto pero parece que no debe ser la única ni parece que sea suficiente.

Otro asunto del que se habla, como ya se ha dicho arriba, es el copago. Realmente estaríamos planteando que el usuario contribuya directamente en el coste de la utilización del servicio que se le presta. Pero ¿es la sanidad en dónde debe incluirse esta medida?, ¿los costes que generaría la implantación de la medida la justificarían? ¿no generaría situaciones de desamparo y desatención?, ¿Qué sucedería con los residentes de menores ingresos?  El cobro directo por los servicios que se prestan limita claramente la correlación de la recaudación por el servicio a la evolución económica del entorno. Además de en algunos casos reducir su utilización y por lo tanto generar un ahorro en el servicio. Está claro que en una situación como la que estamos viviendo la caída de la actividad supone una reducción significativa de la recaudación de impuestos que, pese a lo que se diga, únicamente es posible recuperar mediante un incremento de la actividad.

Indudablemente antes de tomar cualquiera de las medidas que se han comentado se debería tratar de reactivar la economía e incrementar la eficiencia y eficacia del gasto público. Por eso que necesariamente, y como paso previo a cualquier otra medida que suponga un recorte, debemos fijarnos en las partidas de gastos, tanto las especificas sanitarias como el resto de partidas de gastos público. Ello nos llevaría a un replanteamiento profundo de nuestro sistema público. La descentralización del servicio lo que ha generado son diferencias e ineficiencias en la prestación, además de incrementar la probabilidad de derroches innecesarios y graves fallos de gestión. Seguro que también encontraríamos importantes puntos de mejora de la eficiencia y reducción y racionalización del gasto en el propio sistema sanitario, pero hay otros muchos capítulos ajenos a ella que detraen elevadas cantidades de dinero público en las que también deberíamos fijarnos. Por ello, además de las medidas concretas para el sector sanitario y la población a la que se destine, debemos emprender una profunda reforma de la estructura y organización del estado, así como un detallado análisis de las partidas de gasto, de la necesidad de su existencia, y de lo adecuado de su cuantía.


sábado, 26 de noviembre de 2011

LA CULPA LA TIENE LA SOLIDARIDAD TERRITORIAL

No habíamos todavía digerido los resultados electorales cuando nos encontramos con la sorpresa de la noticia de los profundos recortes y subidas de impuestos que pretende el gobierno catalán. Recortes sobre los que lamentablemente olvidaron informar a su electorado. Pero éstos son asuntos que afectan a los catalanes. Son ellos los que tienen que valorar y decidir quienes son sus gobernantes; son ellos los que tienen que sopesar la necesidad de revalidar un gobierno que ha decidido hacer profundos recortes en su calidad de vida, recortes en la sanidad, recortes en educación. Un gobierno que prefirió mantener gastos suntuosos, y en aquellos conceptos que le permiten perpetuarse, a costa de recortar beneficios sociales.

Lo que es inaceptable, y nos afecta a todos, es la continua justificación de sus actos echándole la culpa a los demás, utilizando a sus conciudadanos como rehenes para seguir consiguiendo prebendas del estado. Tratando de justificar, con una mal llamada solidaridad territorial, las penurias que hacen pasar a sus administrados. Se olvidan con mucha facilidad de los momentos en los que ciertos territorios recibieron las contribuciones de todos para mejorar sus infraestructuras y que funcionasen como motor económico de España.

Debemos tener claro que la situación que viven en Cataluña, y los recortes que sufren, es consecuencia únicamente de la gestión y de las decisiones de sus gobiernos autonómicos. Gobiernos que han gestionado tradicionalmente para acentuar las diferencias, buscando fines y objetivos muy distintos al bien estar de la mayoría de los catalanes. Ejemplos de la mala gestión y de la deslealtad de los gobiernos catalanes tenemos muchos a lo largo de la democracia, así como de su egoísmo “territorial”

viernes, 18 de noviembre de 2011

TIRAR LA TOALLA

Ayer con sorpresa hemos visto como todos los medios de comunicación se hacían eco de las manifestaciones de José Luis Rodríguez Zapatero en uno de sus mitines con motivo de la elecciones del próximo domingo día 20. Unas encendidas declaraciones en donde Tiraba la Toalla, en donde traicionaba a todo el pueblo Español. Probablemente lo que estaba era dictando un colofón digno del peor presidente del gobierno que ha tenido España en democracia.

La historia, de este casi ex-presidente del gobierno, empieza con una campaña en donde todos los altavoces socialistas repetían con insistencia aquello de que "España no merece un gobierno que mienta", una campaña de triste recuerdo, en donde se utilizó sin reparo una de las mayores tragedias que se ha vivido nuestro país, una campaña en la que no se respetó el día de reflexión. En su reelección también protagonizó una campaña oscura, una campaña llena de mentiras, una campaña en la que sin rubor nos dijo que no existía la crisis.

Durante estas dos legislaturas hemos tenido un Gobierno que no merecíamos, un gobierno que nos mintió. Un presidente más preocupado de sus propios complejos, de sus propios traumas, de sus propias ambiciones que de las necesidades del país que gobernó. Sus actuaciones fueron en todo punto desafortunadas y cuesta encontrar algo que sea digno de recordar.

Las actuaciones de Rodríguez Zapatero empezaron no levantándose ante la bandera de los Estados Unidos y retirando las tropas de Irak, y terminaron permitiendo hace unas semanas la inclusión de Rota en las bases del escudo anti-misiles americano. Presumió de una situación económica heredada que solo supo dilapidar. Alardeó de un sistema financiero que no supo proteger y ahora tiene que desmantelar. Se preocupó de destruir la estrategia internacional de España y romper sus alianzas con las primeras potencias del mundo. Fomentó la división y la falta de solidaridad de los territorios y sus habitantes. Buscó reeditar los problemas de las divisiones y reabrir las heridas ya enterradas.

Y al final, en los estertores de su mandato, sin la aprobación y el respaldo de nadie,  se atreve a reclamar, a exigir a Europa que tome el mando, que tome decisiones por nosotros, que arregle nuestros problemas, en definitiva, el presidente del gobierno de España, sin consulta previa, sin encomendarse a nadie, por justificar su ineptitud para gobernar, ante una montón de simpatizantes socialistas que le jaleaban y aplaudían, se atrevió  a renunciar a la soberanía de España.

Solo espero, que una vez que este señor desaparezca de nuestras vidas, después de la reforma del partido socialista que necesariamente ha de hacerse, salgan líderes con conciencia de estado y que sean capaces de actuar con responsabilidad, para solucionar los problemas que nos han creado. Pido que todos juntos situemos a España en el lugar que le corresponde.



sábado, 12 de noviembre de 2011

JUEGOS DE OPINIÓN

Todos los días suceden acontecimientos, se publican noticias, pasan cosas que generan una necesidad de comentarlas, contestarlas y criticarlas. A veces incluso vemos con inusitada claridad aquello que nos parece la gran solución. En el momento actual en donde las crecientes dificultades generan situaciones extrañas, planteamientos difíciles de entender y actuaciones preocupantes, parece que todos tenemos la responsabilidad de opinar, tenemos la necesidad de influir, de ser parte activa en el proceso de regeneración de nuestra forma de vida. La sociedad civil es necesario que participe por todos aquellos medios de los que dispone la democracia para que entre todos busquemos las mejores soluciones. Por ello me parece necesario compartir muchos de nuestros pensamientos más allá del salón de nuestras casas o del café con los amigos.
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